Un humanoide comercial

Su forma bípeda le permite caminar de forma fluida, firme y rápida. Sus dos manos son diferentes entre sí para poder recoger distintos tipos de objetos y su torso presenta una robustez de la que carecen la mayoría de robots bípedos de este tamaño. Tampoco hay ninguna complicación en su puesta en funcionamiento. Una vez adquirido un Robosapien, el usuario solo debe sacarlo de la caja, ponerle las pilas (con las que tiene más de 20 horas de autonomía) y pulsar el botón de encendido, no hay que andar montando piezas, soldando componentes ni llevar a cabo configuración alguna.
Robosapien es operable por medio de un control remoto a través de infrarrojos. Con él, el usuario puede acceder a 67 acciones preprogramadas en el robot tan diversas como puede ser recoger y arrojar objetos, dar patadas de kung-fu, bailar, eructar, rapear, andar...



Pero eso no es todo, el usuario puede programar sus propias acciones y movimientos en el robot a través del mando a distancia, lo que puede dar mucho juego.

Percepción e interacción
Además de las acciones preprogramadas, el robot incorpora un surtido juego de sensores en su cuerpo. Esto le permite reaccionar ante el entorno sin que el usuario tenga que intervenir, pudiendo evitar colisionar con objetos en su camino, detectar luz y sonido, tantear objetos y paredes con las manos...
Robosapien también incorpora un altavoz con el que podrás escucharle hablar en un lenguaje “cavernícola” internacional, silbar o emitir pitidos. Si con todas estas funciones no tienes bastante, no te preocupes, Robosapien incorpora también más de una decena de acciones ocultas para que las descubras. Estas acciones incluyen funciones tales como bailar la samba, la "macarena" o hacer de vigía automatizado.